El decreto, en tramitación desde junio, tiene por finalidad, según explicó Industria en su momento, conceder al sistema una mayor capacidad de adecuarse a las circunstancias cambiantes de los mercados. En principio se aplicará cuando haya una revisión de precios de la energía (trimestralmente), pero según se detalló en julio, también podrá haber revisiones, cuando haya variaciones en la demanda o cuando haya actuaciones significativas en el apartado del déficit tarifario o primas a las renovables.
Al aumentar la periodicidad de la revisión de los peajes, que ahora podía hacerse semestralmente, se logra el objetivo de diseñar un mecanismo de revisión "más flexible" que permita ajustar "mejor" los costes a los ingresos, explicó la vicepresidenta primera del Gobierno en la rueda de prensa posterior al Consejo.
En octubre, la propuesta de peajes remitida a la Comisión Nacional de la Energía (CNE) por el Gobierno explicaba que se ha optado por no revisar los peajes para evitar "que este factor suponga en esta ocasión mayores desembolsos para el consumidor".
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