Los primeros pasos para que se materialice la nueva estación de autobuses, junto a la futura estación del tren, ya están dados. Así se dio a conocer ayer en el Ayuntamiento, en un acto en el que participaron, además del alcalde, Tomás Santos, dos concejales, el responsable de la Sociedad Logroño Integración de Ferrocarril, Santiago Miyares, y los responsables técnicos de la obra, tanto de la Sociedad como de la empresa Sacyr, que es quien está actuando.
Allí se mostraron ya algunos planos de la estación, con su distribución de espacios. Tendrá una superficie total de 8.000 metros cuadrados y 27 dársenas más diez aparcamientos de reserva. Para tránsito y espera de viajeros, 2.200 metros. Para cafetería y prensa, 542. El proyecto definitivo ya está encargado a Iñaki Ábalos, el redactor del Peri Ferrocarril. El documento estará listo para la próxima primavera y recogerá que se precisa una inversión total de 23 millones de euros.
Y lo mismo que el 7 de septiembre ya se autorizó la contratación del proyecto con Ábalos, se permitió el inicio de la cimentación, «la base de la futura estación», indicó Miyares. La organización de la estación «es muy eficaz», estimó Mari Cruz Gutiérrez, responsable técnica del soterramiento. Entre esta actuación, que se ha ido compatibilizando con otra de construcción de pantallas en el túnel, y el proyecto, se están gestionando dos millones. La finalización de la cimentación y también del cajón del túnel se espera para fin de año.
El alcalde insistió en que «nos han dejado solos en este proyecto». Y todo esto tiene que ver con un arranque basado en un convenio insuficiente que no preveía estación intermodal. La Comunidad no quiere saber nada de cofinanciación, «pero la estación está iniciada y el proceso es imparable».
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