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La luz es esencial para vivir. La luz eléctrica suple la ausencia de luz natural y nos proporciona calidad de vida, aunque participando en la quinta parte de la factura eléctrica de nuestros hogares. De ahí la importancia de analizar las necesidades de luz en cada una de las partes de la vivienda, nuestros hábitos de uso de luz (dejarla encendida a pesar de no utilizarla) 0 falsos mitos como el de de asociar la “luz” que proporciona una bombilla con la “cantidad” de electricidad necesaria para producirla.
Te contamos los diferentes tipos de iluminación eléctrica y te damos consejos para ahorrar euros e impactar menos en el medio ambiente.
Tipos de lámparas
1.-Bombilla incandescente
Las bombillas de toda la vida, aunque son mucho más baratas (unos 0,60 euros), son las de mayor consumo eléctrico y las que menos duran (unas 1.000 horas de uso).
Su eficacia luminosa de las bombillas incandescentes (cantidad de luz emitida por unidad de potencia eléctrica (W) consumida) es muy inferior a la otro tipo de lámparas (entre los 12 lm/W y los 20 lm/W, frente a los 40 lm/W a los 100 lm/W de las lámparas fluorescentes).
-A favor: tienen una muy buena reproducción del color,
-En contra: sólo aprovechan en iluminación un 5% de la energía eléctrica que consumen, el 95% restante se transforma en calor, sin aprovechamiento luminoso.
2.-Lámparas halógenas
El funcionamiento es el mismo que en las bombillas convencionales, pero su duración y la calidad de la luz que emiten son muy superiores.
Existen lámparas halógenas que necesitan de un transformador. Los transformadores de tipo electrónico disminuyen la pérdida de energía con respecto a los convencionales; y el consumo final de electricidad (lámpara más transformador) puede ser un 30% inferior al de las bombillas convencionales incandescentes.
3.-Lámpara de bajo consumo
Las lámparas de bajo consumo son pequeños tubos fluorescentes que se usan y ocupan prácticamente el mismo espacio que las bombillas de siempre.
Son más caras que las bombillas convencionales (unos 9 euros frente 0,60 euros) pero duran ocho veces más (entre 8 y 10.000 horas) y consumen un 20-25% de la electricidad que necesitan las incandescentes (su eficacia luminosa es mucho mayor que en las bombillas incandescentes tradicionales puesto que en este proceso se produce un menor calentamiento y la electricidad se destina, en mayor proporción, a la obtención de la propia luz).
Una variante son las lámparas electrónicas, que cuentan, para su encendido, con una reactancia electrónica en lugar de electromagnética, característica que las hace más eficientes energéticamente.
-Su uso se recomienda en todo tipo de alumbrados salvo en aquellos con encendidos y apagados frecuentes, ya que su vida útil disminuye con el número de encendidos.
-A favor: duración y consumo (eficacia luminosa muy superior),
-En contra: su precio y una peor reproducción del color frente a las bombillas convencionales. No se recomienda su uso si se encienden y apagan continuamente a lo largo del día, ya que su vida útil se ve mermada.
4.-Fluorescentes
Son lámparas eléctricas que aprovechan el fenómeno de la fluorescencia para generar luz (algunos gases como el flúor emiten luz al paso de una corriente eléctrica).
Su eficacia luminosa es mucho mayor que en las bombillas incandescentes tradicionales puesto que en este proceso se produce un menor calentamiento y la electricidad se destina, en mayor proporción, a la obtención de la propia luz.
Los fluorescentes son más caros que las bombillas incandescentes, pero consumen hasta un 80% menos de electricidad que estas para la misma emisión luminosa y tienen una duración entre 8 y 10 veces superior.
Los tubos del tipo trifósforo omultifósforo dan entre un 15 y 20% más de iluminación que los tubos estándar para un mismo consumo eléctrico. Los equipos con reactancia electrónica de alta frecuencia son más eficientes.
-Se recomienda usar lámparas fluorescentes donde se necesite más luz a lo largo del día (por ejemplo, en la cocina).
Consejos prácticos para ahorrar energía
Para ahorrar energía, euros e impactar menos en el medio ambiente con nuestra actitud, se recomienda:
-Aprovechar la iluminación natural siempre que se pueda, y utilizar colores claros en las paredes y techos para aprovechar mejor la iluminación natural y reducir el alumbrado artificial,
-No dejar las luces encendidas en habitaciones que no se estén utilizando, y usar detectores de presencia (la luz se enciende a nuestro paso) en vestíbulos, garajes, zonas comunes, etc.,
-Reducir al mínimo la iluminación ornamental en exteriores (jardines, terrazas),
-Mantener limpias las lámparas y las pantallas (aumentará la luminosidad, sin aumentar la potencia),
-Sustituir las bombillas incandescentes por lámparas de bajo consumo, priorizando las que más tiempo están encendidas y menos se enciendan y apaguen a lo largo del día,
-Usar lámparas fluorescentes donde se necesite más luz a lo largo del día (la cocina),
-Las lámparas electrónicas duran más y consumen menos que las lámparas de bajo consumo convencionales.
Se distinguen entre sí principalmente por el peso: las convencionales suelen pesar más de 400 gr y las electrónicas pesan unos 100 gr. Además, las electrónicas aguantan un mayor número de encendidos y apagados.
-Colocar reguladores de intensidad luminosa de tipo electrónico (no de reostato): ahorran energía,
-Instalar lámparas de bajo consumo o tubos fluorescentes en los puntos de luz que estén encendidos más de una hora al día.
http://www.consumoteca.com/suministros/electricidad/tipos-de-iluminacion-y-consejos-de-ahorro
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